¿Te cuesta sentir? ¿Notas que tienes experiencias pasadas por resolver? ¿Conflictos con gente cercana a los que no has podido dar solución?

A todos muchas veces nos cuesta sentir ciertas emociones. La rabia, la tristeza, la frustración… son emociones que nos resultan desagradables, y las evitamos.  Y de tanto evitarlas, perdemos nuestra capacidad natural de conectar con ellas. Vamos creando capas y capas energéticas de resistencia sin darnos cuenta, poco a poco dejamos de ser capaces de expresarlas si necesitamos hacerlo. Entonces sentimos el peso de las mismas en nuestro cuerpo, pero no sabemos cómo darles salida.